Los 10 venenos más letales. Parte 1

Vuelvo a los orígenes del blog, a cuando mi mente maquiavélica escribía cosas sobre venenos y bombas, y menos química cuántica. Y es que hay que saber de todo, porque en esta ciencia todo mola.

Desde tiempos inmemorables, los seres humanos mueren a diario envenenados (no todos, claro está. Solo algunos), ya sea por comer (o fumar) plantas envenenadas, por mordiscos o picaduras de animalitos silvestres, por beber de un agua contaminada, o porque alguien le echó algo en su comida. Pero la cuestión es que siempre ingirió o inhaló algo que no debía, y acabó estirando la pata. Hoy en día todos conocemos muchos tipos de venenos, ya que muchos son bastante famosos. Pero pocos saben cuál es el más potente, o como actúan y que daños provocan. En esta serie de entradas, establezco un ranking con los 10 venenos más letales conocidos (a excepción del envenenamiento por radiactividad) y os cuento cositas sobre ellos. Vamos, que es una entrada para morirse…
Por cierto, como adelanto os digo que en el número 6 se encuentra uno del que ya os he hablado en Me Deja sin Aliento, nuestro amigo el cianuro.



Número 10: El compuesto 1080
En el número 10 de nuestro ranking de sustancias asesinas, se encuentra el compuesto 1080, un plaguicida usado contra roedores (rodenticidas) desde 1942, aunque algunas plantas lo traen de fábrica.

El fluoroacetato de sodio, conocido como compuesto 1080 es una sal derivada del ácido fluoroacético, que se presenta de forma natural en varias plantas, entre ellas el té (en muy baja concentración) y la familia de guisantes australiana Gastrolobium (todo lo venenoso está en Australia).

Fórmula del fluoroacetato de sodio (compuesto 1080)

Su mecanismo de acción es simple: se une a la Coenzima A dando lugar al fluoroacetil CoA que posteriormente da lugar a un fluorocitrato que apenas se une a la aconitasa.
O sea se, que se interrumpe el metabolismo celular. La célula se muere al no poder obtener energía.
Los síntomas aparecen entre la primera media hora y las primeras 3 horas después de la exposición. Son: nausea, vómito y dolor abdominal; sudoración, confusión y posterior agitación. En envenenamientos más graves, aparecen también taquicardia, hipotensión, convulsiones… Se llega al coma poco a poco, y la muerte suele ocurrir a causa de una arritmia ventricular.

No existe ningún antídoto efectivo (iros acostumbrando a esta frase, porque pocos de estos diez tienen antídoto eficaz).

Número 9: La verdadera destructora de hígados
En el número 9 de la lista tenemos una toxina que se encuentra en algunas setas, capaz de destruir el hígado (veneno hepatotóxico).

La amatoxina es una toxina formada por varios compuestos de estructura similar (aminoácidos, para ser exactos). Su mecanismo de acción consiste en bloquear la transcripción de las ARN polimerasa 1 y 2.

Fórmula de la amatoxina

Es decir, que bloquea la síntesis de proteínas en las células. Actúan siempre lentamente, por muy alta que sea la dosis. Por más amatoxinas que te tomes, no te vas a morir antes. Provoca dolores de estómago, náuseas, vómitos, diarrea grave, otros dolores extremos y hemorragias, causando finalmente la muerte por paro cardiaco, aproximadamente a los dos días de ingerir la toxina. Tampoco se conoce antídoto efectivo, y en ocasiones el único tratamiento posible que se conoce es la muerte.

Esta toxina se encuentra en setas venenosas, como la oronja verde (Amanita phalloides del griego phallos, «pene» y eidos, «forma», significa literalmente “con forma de pene”) que es la seta más venenosa que existe. Tan solo 30 gramos de esta seta son mortales para cualquier adulto, ahí es ná. Además es una seta que se puede encontrar en encinares, robledales, castañares, hayedos, castaños de Indias, abedules, avellanedas, carpes, pinares, y abetales. Los supervivientes a este hongo asesino aseguran que tiene un sabor agradable. Esto, unido a la facilidad que tiene esta seta de ser confundida por otras no tóxicas, hace que los casos de envenenamiento sean más comunes de lo que deberían. Además, la amatoxina resiste al cocinado.

Amanita Phaloides

Llegados a este punto de la entrada me permito aclarar que todos los mitos sobre evitar el envenenamiento por comer setas (como el de cocinarlas con una moneda de plata, o con una cuchara a ver si ennegrece, etc.) no son más que eso, mitos. Por mucha monedita de plata que le pongas, si te comes esta seta te mueres. Así de sencillo.

En 1740, el Archiduque Carlos de Austria murió 10 días después de una intoxicación por comer setas, lo cual encaja con el mecanismo de acción de estas setas, lento pero muy eficaz. Su muerte dio lugar a la guerra de sucesión austríaca.

Número 8: El estimulante más potente
En la octava posición tenemos un estimulante del sistema nervioso central, pero tan potente que es capaz de matarte. Se llama Estricnina.

Nuez vómica

Es un polvo blanco cristalino. Se encuentra en la nuez vómica, y su efecto es estremecedor: estimula todo el sistema nervioso central, provocando convulsiones, por contracciones incontrolables en todos los músculos del cuerpo.
O bien se muere por asfixia al no poder controlar el diafragma al respirar, o bien se muere por agotamiento. La dosis letal es de 15 a 25 mg y los síntomas aparecen entre los primeros 10 a 30 minutos después de la ingesta.
Este tampoco tiene antídoto, aunque esto ya no sorprende a nadie.


(Continuará...)

P.D: Esta es la primera de una serie de entradas dedicada a los venenos más potentes del mundo. Iré actualizando poco a poco, no os perdáis las futuras entradas con venenos mucho más potentes y divertidos.


Parte 2
Parte 3
Parte final